Desde el día 4 de noviembre, la entrada de usuarios con patinetes o monociclos eléctricos está prohibida en las instalaciones y vehículos del transporte público de la Comunidad de Madrid por motivos de seguridad. Esta decisión se tomó tras un incidente ocurrido el pasado 17 de este mes, cuando la batería de uno de estos dispositivos explotó en el interior de un tren que se encontraba en la estación de La Elipa, en la Línea 2 del Metro.
La restricción se aplica a la red de transporte público de la Comunidad que está bajo la competencia del Consorcio Regional de Transportes (CRTM), lo que incluye autobuses de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT), servicios de autobuses interurbanos y urbanos en otros municipios, así como la red de Metro de Madrid, Metros ligeros y los cinco intercambiadores de Plaza de Castilla, Moncloa, Príncipe Pío, Plaza Elíptica y Avenida de América.
Esta medida estará vigente hasta que se promulgue la normativa correspondiente al respecto, y en cualquier caso, no excederá un plazo máximo de 9 meses, según lo establecido en la resolución publicada en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM). Durante este período, se llevarán a cabo evaluaciones exhaustivas de la seguridad de estos dispositivos en el transporte público.
El incumplimiento de esta normativa resultará en la expulsión inmediata de los infractores, quienes también estarán sujetos a multas económicas que oscilarán entre 100 y 200 euros, según lo determine el CRTM.
La medida ha sido comunicada a Renfe Cercanías y a los operadores de transporte de viajeros por carretera que operan entre Castilla-León, Castilla-La Mancha y la Comunidad de Madrid, con los cuales esta última tiene acuerdos. Esto significa que los usuarios que utilicen estos vehículos de movilidad personal no podrán acceder o abandonar el sistema de transporte público de la Comunidad de Madrid.