En la actualidad, son muchas las personas que prefieren contratar una póliza de seguro privada para asegurarse de disponer de una cobertura de calidad. Sin embargo, en la mayoría de los casos se advierte la necesidad de recurrir a una Correduría de seguros para obtener asesoría sobre la cobertura que mejor se ajuste a sus necesidades.
¿Qué tener en cuenta para elegir un seguro?
Al tratarse de una actividad comercial, determinar cuál es la mejor cobertura para una persona dependerá de múltiples factores: el perfil de la persona, las necesidades de esta última y cuestiones relativas al grupo familiar, la edad o el poder adquisitivo. Asimismo, las condiciones de las pólizas varían; puede ser solo para especialistas, para cubrir internación o son sistema de copago o reembolso, entre otras.
Es posible encontrar muchas opciones que se adapten al perfil y necesidades particulares del solicitante de la póliza. Sin embargo, la amplia variedad de productos y servicios que pueden encontrarse en el mercado puede resultar abrumadora para la persona sin experiencia. En este sentido, resulta fundamental utilizar una correduría de seguros para simplificar el proceso y obtener pólizas personalizadas.
Una de las razones principales para emplear este tipo de recursos es que permiten comparar de manera fehaciente las distintas condiciones y requerimientos de las pólizas en función de las características del cliente. Gracias a ello, es posible reducir la incertidumbre provocada por la multitud de opciones y mejorar notablemente el criterio de selección empleado.
Tipos de seguros: ¿cuál es el mejor?
A la hora de elegir el mejor seguro para nuestras circunstancias actuales, es necesario tener presente que existen distintos tipos de pólizas más o menos establecidas en España. Conocerlas permite saber a ciencia cierta cuál resulta más conveniente.
Cobertura básica de seguros: solo especialistas y pruebas diagnósticas
Los seguros de cobertura básica son los más comunes del mercado. Estos son un híbrido entre sanidad pública y cobertura privada. Su cobertura prevé circunstancias de consulta habitual y medicina privada, por lo que solo incluyen especializaciones y pruebas diagnósticas. Estas no cubren intervenciones complejas, operaciones ni hospitalización.
Cobertura médica con reembolso
Se trata de un tipo de póliza más amplia que permite acceder a asistencia sanitaria, hospitalización, intervenciones quirúrgicas y operaciones complejas. Se trata de una opción más abarcadora en la que, además de la prima, se abonan los gastos mediante el sistema de reembolso: esto es, se reintegra el dinero luego de haberse abonado el servicio.
Cobertura completa con copago
Esta cobertura, como su nombre lo indica, comprende todas aquellas prácticas hospitalarias y extrahospitalarias del sector. En efecto, este tipo de pólizas comprenden tanto consultas de medicina general de baja complejidad y diagnóstico como también casos de urgencia y hospitalización en centros de gran nivel. Por ello, debe pagarse una prima baja y una tarifa (copago) por los servicios efectivamente utilizados.
Cobertura completa sin copago
Este tipo de póliza dispone de todas las coberturas mencionadas hasta ahora en centros de máxima calidad y atención especializada. Asimismo, incluye cobertura dental, consultas extra con otros profesionales y asistencia para viajes. La diferencia con el caso anterior es que no deben abonarse otras tarifas por el servicio y por ello es mayor la prima mensual.
Cobertura completa con copago limitado
Finalmente, esta cobertura es más económica que en el caso anterior, ya que se encuentra limitado el desembolso que la persona debe realizar por utilizar los servicios. Se trata de un punto intermedio entre los dos casos anteriores, por lo que se obtiene una cobertura completa en la que la prima es tan baja como en el caso de la cobertura con copago.