En la ciudad mexicana de Veracruz, un hombre consiguió una cita y tuvo la idea, poco brillante, de tomar un estimulante sexual usado en ganadería para estimular a los toros en la inseminación.
Lo que iba a ser una gran fiesta tuvo un final inesperado. Tras tres días de erección acudió al hospital y fue operado de urgencia.
Una vez más el uso inadecuado de medicamentos acaba con consecuencias desastrosas.