El lunes 11 de marzo, se conmemoran dos décadas desde la trágica sucesión de eventos en Atocha, recordando a todas las personas afectadas con la inauguración de un nuevo monumento en Madrid. Este espacio, ubicado en la estación de Atocha, busca ser un lugar de respeto y homenaje a las víctimas, reemplazando al antiguo monumento que fue desmontado debido a las obras de ampliación del Metro.
El nuevo monumento ocupa un área de aproximadamente 2.000 metros cuadrados, siendo cuatro veces más grande que su predecesor. Siguiendo la solicitud de diversas asociaciones, sus paredes están pintadas en azul cobalto, donde se han grabado los nombres de las víctimas mortales y algunas frases que también estaban presentes en el monumento anterior. Mensajes de solidaridad en varios idiomas, incluyendo euskera, catalán, inglés, francés, entre otros, también están presentes.
Además, se han instalado 193 puntos de iluminación en el techo, simbolizando a cada una de las personas que perdieron la vida en el atentado. El propósito de este espacio es proporcionar un lugar para el recogimiento y la reflexión en memoria de todos los fallecidos y heridos. Uno de los momentos más significativos de los actos conmemorativos es la proyección de un haz de luz azul hacia el cielo, que tiene lugar en el nuevo monumento durante el atardecer.
Los actos comenzaron temprano en la Real Casa de Correos, sede del gobierno de la Comunidad de Madrid, donde la presidenta regional y el alcalde de la capital colocaron una corona de laurel frente a una placa en homenaje a las víctimas. Las campanas de la Puerta del Sol y de varias iglesias de la región tañeron durante la ceremonia, incluyendo las de la Catedral de la Almudena y la Colegiata de San Isidro.
La Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid interpretaron obras musicales como “El cant dels ocells”, de Pau Casals, y “Lacrimosa”, del Réquiem de Mozart, seguidas por el Himno Nacional como colofón final.