El confinamiento no está siendo obstáculo para que muchas personas sigan haciendo deporte habitualmente y el triatleta Javier Castroverde ha dado un ejemplo de que quedarse en casa no es excusa para no moverse, recorriendo 61 kilometros en el salón de su piso. «Hay que quedarse en casa, no puede ser que aún haya gente que quiera salir a entrenar por la calle , no hace falta que la gente haga 60 kilómetros, pero si tienes un poco de espacio y voluntad puedes hacer 5 o 10», aseguró.
Castroverde ya realizó proezas como completar un Ultraman y cinco Ironmas en cinco días y en este caso quiso dedicar esta «carrera» en el salón a los profesionales de la sanidad.
Javier invirtió más de diez horas en completar el reto 061 y tras acabar aseguró que «a nivel psicológico es la prueba más dura que he hecho en mi vida» y que estuvo cerca de abandonar en más de una ocasión pero los mensajes de ánimos que iba recibiendo en las redes sociales le ayudaron a aguantar hasta el final.