Este año es año olímpico y el Comité Olímpico Internacional quiere evitar que ese gran escaparate que son los Juegos, se convierta en una plataforma propagandística donde los atletas aprovechen la gran cobertura internacional que tiene el evento para hacer publicidad o campaña de cualquier tema político, religioso o racial.
Para ello se ha creado la norma 50 de la Carta Olímpica que dice lo siguiente: “no está permitida cualquier demostración propagandística política, religiosa o racial en ninguna sede olímpica” . El incumplimiento de esa norma puede acarrear sanciones como la expulsión de la competición hasta inhabilitación por un tiempo.
La prohibición se hará efectiva en la sedes de cada deporte y la Villa Olímpica, además de las ceremonias de medallas, apertura y clausura.
Como medida alternativa para que el deporte sea el protagonista único en los Juegos de Tokio y venideros, se ha modificado la normativa referente a presencia de políticos en las ceremonias de premios. No se permitirá la presencia de ninguno en ninguna de las ceremonias.