En las largas esperas en los aeropuertos no es extraño encontrarse con situaciones un poco peculiares pero lo de este hombre va un paso más allá. Ni corto ni perezoso decidió conectar su PS4 a uno de los monitores de información y echarse una partitida.
Evidentemente, los agentes de seguridad no tardaron en pedirle que desenchufara la consola. Lo que seguramente no se esperaban era la respuesta del jugador, quien, de forma calmada, les preguntó que si podía terminar su partida. La idea no convenció a los agentes y tuvo que guardar la consola de inmediato.
Quizás se acababa de comprar el juego y no pudo esperar a llegar a casa para probarlo.