Comienza un nuevo año escolar y nosotros estrenamos sección. Se trata de un rincón donde haremos pequeñas entrevistas a comercios del distrito para que podáis conocer nuevos sitios a los que ir o simplemente saber un poco más sobre los que tenéis cerca.
En este caso, y para empezar con buen sabor de boca, nos vamos hasta la calle melilla número 55, donde nos encontramos una pastelería artesanal llamada Una Dolce Idea, donde nos hablaron un poco acerca de sus comienzos, lo que ofrecen y alguna bonita anécdota con vecin@s del barrio.
Aquí os dejamos la entrevista.
¿Quiénes sois y qué ofrecéis?
Somos Una Dolce Idea, una pastelería artesana de Arganzuela con obrador propio. Nuestra obsesión ha sido siempre ofrecer tartas y pastelería de alta calidad, que todo lo que saquemos esté bien hecho, usando buenos ingredientes y cuidando al máximo el proceso y la frescura del producto. Además de nuestro catálogo de tartas, a lo largo del año hacemos los clásicos: buñuelos, roscón, torrijas, unos polvorones únicos… Nuestro maestro pastelero Diego Morganti es italiano, así que ese toque también se nota inevitablemente en todo lo que hacemos, y no sólo en el tiramisù!
También traemos productos gourmet de Italia, y tenemos un pequeño espacio de cafetería en el local.
¿Cómo empezasteis y cómo surgió la idea?
Diego, nuestro maestro pastelero, en realidad es científico (Doctor en ciencias físicas). Siempre tuvo un gran talento para la pastelería, y su formación como físico le aporta una ventaja única: en pastelería, la precisión y el conocimiento científico de los ingredientes, sus mezclas y reacciones son clave para lograr resultados perfectos. Esa combinación de ciencia y creatividad fue el motor de nuestra aventura.
Vivimos en el barrio, y siempre nos encantó la calle Melilla, con su ubicación tranquila y especial, y sus árboles… como un auténtico jardín del Edén. Nos pareció el lugar ideal para hacer realidad Una Dolce Idea y compartir nuestras creaciones con los vecinos.
¿Cómo veis el panorama actual de los comercios de barrio y qué creéis que los comercios pequeños pueden hacer para mantenerse o crecer?
El comercio local es un reto constante, especialmente en grandes ciudades donde convivimos con otros negocios más impersonales. Sin embargo, en nuestro caso, tenemos la suerte de estar en un barrio donde la gente realmente valora, y mucho, la calidad. Si te fijas, los comercios que logran destacar y mantenerse son aquellos que apuestan por ofrecer productos y atención de calidad como valor diferencial. Otro aspecto fundamental es la cercanía con los vecinos. Nos gustan los comercios de barrio que son auténticos, que tienen un toque más humano y familiar, los clientes se sienten como en casa, eso enriquece mucho la vida del barrio. La conexión con la comunidad aporta un valor que va más allá de lo que se vende, crea un entorno más cálido y cercano. Esto pasa mucho en el ecosistema de la Calle Melilla, donde somos unas cuantas tiendas y restaurantes gourmet, todos nos conocemos y nos echamos una mano cuando hace falta!
¿Qué creéis que los Ayuntamiento pueden hacer para ayudar a los pequeños comercios?
Creemos que uno de los mayores desafíos para los pequeños comercios es la burocracia. Las normativas, que muchas veces parecen pensadas para grandes empresas, a menudo se nos aplican a nosotros y nos complican la gestión diaria. En negocios tan pequeños, necesitamos flexibilidad para adaptarnos y ser ágiles, por lo que una simplificación de los trámites o regulaciones más adecuadas a nuestra escala sería de gran ayuda.
Los Ayuntamientos pueden contribuir facilitando estos procesos y creando un entorno más favorable para los comercios de barrio, con normativas que sí entiendan nuestra realidad y nos permitan centrarnos en lo que mejor sabemos hacer: ofrecer productos de calidad y un trato cercano a nuestros vecinos.
Alguna anécdota curiosa
Una de las anécdotas más bonitas que tenemos sucedió durante la pandemia, cuando, por suerte, pudimos seguir abiertos. Fueron momentos duros y muy emotivos, y la conexión con los vecinos fue más fuerte que nunca. Un día, una clienta nos trajo una planta que le sobraba en casa, y eso despertó nuestro interés por la jardinería. Lo curioso es que, a partir de ahí, más y más clientas empezaron a traernos plantas, y hoy en día se han convertido en el principal elemento decorativo de la tienda. Es algo que no habíamos planificado, pero es un reflejo precioso de cómo el barrio y la comunidad interactúan con nuestro negocio. Las plantitas que crecen aquí son ahora parte de la identidad de Una Dolce Idea tanto como nuestras tartas!
Esperamos que os resulten interesantes estas pequeñas entrevistas y, si conocéis algún comercio que os gustaría que apareciese, no dudéis en decírnoslo a través de IG @vozarganzuela o del email hola@lavozdearganzuela.es
Una Dolce Idea
C. de Melilla, 55, Arganzuela, 28005 Madrid
Web: https://www.unadolceidea.com/
Tfno: 620 10 00 68