Las protestas y el malestar de vecinos de la calle Alejandro Ferrant, en el distrito de Arganzuela, vuelven a ser noticia por la reapertura de las «cocinas fantasma».
Desde el pasado mes de abril, vecinos y familiares de alumnos del colegio público Miguel de Unamuno muestran al Ayuntamiento su rechazo a que dichas cocinas industriales vuelvan a funcionar y conviertan la zona en un polígono industrial en medio de un barrio residencial y con un colegio justo al lado.
Los temores de los vecinos son el aumento de la contaminación, tráfico y ruido que van a tener que sufrir con el consiguiente peligro para los niños al estar ubicadas en una zona escolar.
A pesar de que el Ayuntamiento reconoció que a pesar de que esa actividad es perjudicial para vecinos y alumnos, afirman no poder hacer nada para impedirlo por lo que el pasado 28 de mayo de 2021 la Asociación de Familias del Alumnado (AFA) del Colegio Miguel de Unamuno interpuso un recurso contencioso-administrativo en los juzgados que ha dado inicio a un proceso judicial contra el Ayuntamiento de Madrid.
Hasta que la justicia se pronuncie, los vecinos tienen la esperanza de que los negocios que pretendiesen instalarse ahí, sean conscientes del daño que les provoca y cambien de ubicación.