El Ayuntamiento de Vic ha puesto la primera multa al propietario de un perro por no recoger sus excrementos tras ser pillado in fraganti por agentes de la Guardia Urbana. El suceso ha tenido lugar tan solo unos días después de anunciar que comenzaría a sancionar ese tipo de comportamientos poco cívicos.
La sanción por incumplimiento de la normativa es de 620€, 500 euros de multa a los que hay que sumar 120 para costear una prueba de ADN a las heces de la mascota, con el fin de crear una base de datos de muestras y poder sancionar a los infractores en caso de encontrar excrementos en la vía pública.
Desde al Ayuntamiento recuerdan que el objetivo de estas multas no es recaudatorio, sino disuasorio. La nueva medida se ha dado a conocer mediante agentes cívicos a pie de calle y envío de cartas a los dueños.
Las constantes quejas de los vecinos por la cantidad de excrementos de perro que se encuentran en la calle parecen estar haciendo efecto en la Administración, ahora queda ver si iniciativas como la de Vic consiguen el efecto disuasorio deseado o quedan en una simple anécdota.