La Operación Asfalto 2025 ya está en marcha. Un año más, el Ayuntamiento de Madrid pone en marcha uno de los proyectos clave del verano para mejorar la movilidad urbana, con una inversión de 12,2 millones de euros destinada a renovar el pavimento de 256 calles repartidas en los 21 distritos de la ciudad.
Esta campaña supondrá la intervención sobre una superficie total de 605.000 metros cuadrados, y busca avanzar hacia un modelo de ciudad más sostenible, eficiente y silencioso.
Criterios técnicos para seleccionar las vías
La elección de las calles se realiza tras un estudio técnico detallado en el que se analiza, entre otros factores, el grado de deterioro del firme y la intensidad media del tráfico. Las calzadas seleccionadas son aquellas que requieren una intervención prioritaria para garantizar la seguridad vial y reducir el ruido urbano.
Asfalto sostenible, duradero y menos contaminante
Una de las principales novedades de esta edición es el uso de materiales sostenibles e innovadores, lo que permitirá reducir emisiones contaminantes, ahorrar energía y fomentar la economía circular.
Entre los avances técnicos destacan:
- Uso de mezclas semicalientes (37.000 toneladas), que requieren temperaturas de producción más bajas, reduciendo así la emisión de gases de efecto invernadero.
- Integración de polvo de caucho reciclado de neumáticos fuera de uso, lo que evitará el vertido de 33.000 neumáticos y permitirá asfaltar más de 200.000 m² con esta tecnología.
- Asfaltado con mezclas SMA (Stone Mastic Asphalt) en 75.000 m², con mayor durabilidad y menor contaminación acústica, gracias a su alta resistencia al tráfico y capacidad para absorber el ruido.
- Reutilización de residuos plásticos y productos asfálticos reciclados, reforzando el compromiso con la economía circular y la reducción de la huella ecológica.
Una apuesta por el futuro de la ciudad
Más allá de la mejora inmediata en la calidad de las calzadas, la Operación Asfalto 2025 representa una inversión estratégica en la conservación del patrimonio viario. Intervenir de forma preventiva evita reparaciones integrales más costosas en el futuro, alargando la vida útil de las infraestructuras y mejorando la calidad del aire en los entornos urbanos.
Además, esta edición refleja el compromiso del Ayuntamiento de Madrid con el desarrollo de una ciudad más limpia, segura y saludable, reduciendo tanto el impacto ambiental como los riesgos para la salud pública asociados a la contaminación urbana.